Semblanza
ERANDI BERMÚDEZ MÉNDEZ
Soy Erandi Bermúdez Méndez. Nací en Celaya, Guanajuato, el 15 de marzo de 1977. Estoy felizmente casado con Karla y soy orgulloso padre de Sophie y Mely.
En Guanajuato entre todos nos echamos la mano y gracias a esa enseñanza, desde niño se despertó mi interés por ayudar a la gente. Recuerdo que una vez, estando en la secundaria, un domingo que fuimos a visitar a mi abuelita, la familia hablaba sobre la necesidad de que llegara gente buena a la política. Me salió del alma interrumpir a los mayores y aseguré, muy firme, que sería el diputado federal más joven de Guanajuato. Y así lo hice. Siempre estuvo en mi mente: lo voy a hacer. Entendí que mi vida, mi profesión era estar en la política para ayudar a los demás.
Como todos los guanajuatenses, he enfrentado adversidades en la vida. Quedé huérfano de mi papá, José Antonio Bermúdez, a los tres años y fue muy duro. Después, muere mi mamá, Carmen Méndez, cuando tenía 16 años y eso me marcó; pero como buen guanajuatense y como muchos que han pasado por situaciones similares, me puse las pilas, he trabajado día a día para lograr ser un ejemplo en mi estado y para toda mi familia. Encontré en la política una herramienta para ayudar y compartir lo que aprendí en mi casa; porque mi mamá era alguien a quien le gustaba mucho ayudar, al igual que a mis abuelas. Vengo de un matriarcado de tres mujeres fuertes y, siguiendo su ejemplo, me preparé para saber ayudar.
Al igual que muchos jóvenes de mi tierra, en mi niñez y juventud fui muy rebelde. En parte lo sigo siendo, porque nunca me han gustado las injusticias. Al iniciar la universidad me comprometí con el estudio y logré graduarme como el mejor promedio de mi generación, de Ingeniería Mecánica-Eléctrica, en la Universidad de La Salle Bajío. Posteriormente, realicé estudios de Marketing, Comunicación Política y Gobierno, en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y la Universidad George Washington.
Ingresé al Partido Acción Nacional (PAN), en 1996, cuando ser oposición al gobierno era un riesgo que le llegó a costar la vida a muchos demócratas. Actualmente soy Senador por Guanajuato. He sido tres veces Diputado Federal, cuando tuve la oportunidad de gestionar muchos recursos para nuestro estado, y fui una vez Presidente Municipal de Pénjamo, donde logramos rendir muy buenas cuentas, destacando logros en obra pública, atención ciudadana y educación, particularmente con la construcción de la Universidad Politécnica de Pénjamo.
Lo que más me gusta de ser servidor público es el contacto con la gente. El poder resolver problemas, ayudar, acompañar en la solución a mis hermanas y hermanos guanajuatenses. ¡Eso me apasiona! Como ingeniero, mi formación es resolver problemas y aplicar el ingenio para solucionarlos de la mejor manera, ser cercano a nuestra gente, rápido y efectivo.
Me gusta ser muy derecho. Si se puede, ayudo. Y casi siempre se puede, porque estoy convencido de que uno no puede ayudar a todos, pero todos podemos ayudar a alguien. Así que solo hay que pensar en construir redes de apoyo y solidaridad, desde la sociedad, el gobierno y las empresas. Hay que ver siempre la manera de cómo sí podemos ayudar, resolver problemas y hacer justicia.
Desde el Senado, continúo trabajando con esa visión en temas de economía familiar, salud, educación, seguridad, mujeres, agricultura y protección al medio ambiente. Pongo énfasis en la gestión social, que permite mejorar directamente la calidad de vida de las familias guanajuatenses con apoyos médicos, alimenticios, educativos, para el emprendimiento y la reactivación económica.
Pienso que la mejor herencia que le puedo dejar a mis hijas, es que ellas se sientan orgullosas de su papá. Que cuando ya no esté, me recuerden como un hombre honesto y trabajador, un apasionado por ayudar a las personas, quien hizo muchas cosas buenas por Guanajuato y se puso las pilas, junto a muchos guanajuatenses, para hacer que las familias ganaran más.